Isabel Castillo: pionera del diseño en Venezuela
El presente venezolano está signado por la emigración, pero su pasado reciente estuvo marcado por la inmigración. Nuestro país recibió durante décadas a decenas de personas provenientes de diferentes partes del mundo, entre ellas a Isabel Castillo, que con sólo 27 años vino sola y maleta en mano desde su natal Colombia, buscando oportunidades de crecimiento profesional.
Isabel Castillo llegó a Venezuela en 1958, al poco tiempo del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez y a los meses del golpe de estado que depuso a Gustavo Rojas Pinilla en Colombia. Acababa de recibir su diploma en Artes, mención Pintura, en la Universidad Nacional, pero la vida la llevó hacia el diseño de muebles y el interiorismo, convirtiéndose así en pionera en estas áreas creativas en el país que seleccionó para vivir.
Pininos en Muebles Azpúrua
«Prestigio por calidad» era el eslogan de Muebles Azpúrua, empresa que junto a Tecoteca y Decodibo, destacó como fabricante de muebles a mediados del siglo veinte. Increíblemente, doña Isabel Castillo confiesa que Muebles Azpútura no tuvo planta productiva propia, pues mandaba a construir las piezas que comercializaba en los pequeños talleres de carpintería y ebanistería de artesanos italianos y españoles, principalmente. Si requería un encargo grande, lo encomendaba a Sillera Industrial, y si el pedido era en metal, se solicitaba a Arte y Bronce.

Cama Azpúrua. Foto: Cortesía
Isabel Castillo llegó a Caracas y quedó deslumbrada por su modernidad. Como anécdota cuenta que «me aterraba ver que la gente desechaba muebles nuevos o casi nuevos». Así se reflejaba nuestra prosperidad ante sus ojos en aquel entonces.
A las dos semanas consiguió empleo como dibujante en el Departamento Artístico y Técnico de Muebles Azpúrua.

Muebles Azpúrua. Estilo danés. Foto: Cortesía
En la oficina halló a Alberto Lucas, quien era el encargado de hacer las acuarelas -el antecedente del render para los arquitectos y diseñadores interioristas-. Lucas dio la bienvenida a la joven colombiana y la guió sobre lo que debía hacer.

Acuarela seibo. Foto: Cortesía
La acuarela era el formato empleado por las casas dedicadas a la decoración, para mostrar al cliente cómo quedaría el proyecto desarrollado por los diseñadores. Por lo tanto, es una forma de previsualizar los resultados.
Hoy se utiliza el render levantado en computadora. Antes del advenimiento de las herramientas digitales, esto se hacía a mano, por lo que eran importante la pericia y las destrezas técnicas de quien ejecutaba las acuarelas. Isabel Castillo guarda en sus archivos unas cuantas muestras de su talento en ese terreno.
Muebles Azpúrua: decoración en los años 50
A sus ochenta y pico de años, relata doña Isabel Castillo que cuando la contrataron, la sede de Muebles Azpúrua estaba ubicada en El Silencio. Al poco tiempo, se mudaron a la esquina El Conde, frente al actual complejo de Parque Central donde, casualmente, ella reside.
Mario Castillo se convirtió en dueño de Muebles Azpúrua a partir de 1953. La compañía comercializaba muebles y ofrecía servicios de decoración, que era como se conocía al diseño de interiores en aquel entonces.

Mesa Azpúrua. Foto: Cortesía
Así las cosas, el corazón de Muebles Azpúrua era la oficina artística y técnica, justo donde ella participaba realizando los planos técnicos y las perspectivas en acuarela.
En la plantilla de trabajadores de Muebles Azpúrua destacaron el técnico suizo Jack Brodbeck, de quien Isabel Castillo aprendió a levantar planos técnicos; el arquitecto de origen húngaro Imre Goson y el dibujante español Luis Alberdi. También destacó la exactitud de las planimetrías y plantillas hechas por un ruso apellidado Royack y un técnico venezolano de apellido Domínguez.

Isabel Castillo y Alberdi. Foto: Cortesía
Señala Castillo que Muebles Azpúrua ofrecía a sus clientes diseño integral, desde las piezas de mobiliario hasta la iluminación y los acabados ornamentales. Vendían el proyecto completo, con equipamiento incluido. Para ello importaban textiles y elementos decorativos de India, Japón, Estados Unidos, Dinamarca y otros países europeos.
De su quehacer, Castillo recuerda haber hecho adaptaciones de mobiliario clásico como el estilo Luis XV y el Provenzal, y del moderno danés. Durante su actividad en Muebles Azpúrua, que se extendió hasta 1961, indica que se hacían copias de la silla Barcelona de Mies van der Rohe, la poltrona de Charles Eames y la silla redonda de Hans Wegner. También se importaba la Tulip de Eero Saarinen. Las grandes referencias eran las revistas Mobilia y Architectural Digest.

Muebles Azpúrua. Foto: Cortesía
Entre los grandes encargos de Muebles Azpúrua estuvo parte del mobiliario para el Hotel Humboldt, las oficinas de la petrolera Shell en 1959, y la participación en la 2da Exposición del Mueble en Caracas.
Profesión: Decoradora
Antes de que se hablara de diseño interior, se hablaba de «decoración». y como tal se presentaba oficialmente Isabel Castillo.

Diseño de Isabel Castillo. Foto: Cortesía
Obtuvo una beca en 1961 y volvió a hacer sus maletas para estudiar en Francia. A su retorno a Venezuela se enteró de que Muebles Azpúrua se había mudado a Guarenas. El negocio comenzó a decrecer hasta su cierre hacia 1965.
Ella, por su parte, inició el ejercicio independiente, sumando a su portafolio numerosos proyectos concebidos para casas, apartamentos y oficinas. También diseñó numerosos muebles a la medida. Unió su diseño al quehacer de los talleres de carpintería, de los que comenta: “Uno tiene que oír al artesano, porque ellos son los que conocen los fenómenos físicos de los materiales. Obtuve muchísimo aprendizaje del artesano”.

Perspectiva sala y cuarto. Obra de Isabel Castillo. Foto: Cortesía
En los sesenta se casó con un chileno y constituyó su familia. Más adelante inició la labor docente en el Instituto Monseñor de Talavera, retando a sus estudiantes a levantar los planos manualmente para que comprendieran la relación entre las medidas reales y las escalas sobre el papel. Luego les permitía pasar a la computadora porque, a su juicio, así se mantiene una vivencia íntima con el mueble que se está creando y que será parte de la formalización del espacio interior.

Diseño de salón. Obra de Isabel Castillo. Foto: Cortesía
Guía del Diseño de Modas
En sus archivos, Isabel Castillo tiene toda una rareza: el arte final del libro -no publicado- «Guía del diseño de modas. Creación, ilustración, figurín, historia».

Portada de la «Guía del diseño de modas». Foto: Cortesía
Se trata de una pieza en medio pliego, ilustrada totalmente a mano en técnica mixta, pensada para ser editada en un octavo de pliego.
Al pasar las hojas es posible apreciar no sólo la destreza, sino la paciencia de su autora, tanto para la investigación de la historia de la moda y la recaudación de información técnica como para realizar las ilustraciones durante casi cuatro años. Castillo explica que cuando se propuso crear este libro, se autoimpuso la disciplina de trabajar todas las mañanas en su mesa de dibujo.

«Guía del diseño de modas». Foto: Cortesía
El resultado da cuenta de esta otra pasión de la creativa y de su vocación pedagógica, pues también fue profesora de la desaparecida Escuela Internacional de la Moda.

«Guía del diseño de modas», de Isabel Castillo. Foto: Cortesía
Para conocer más sobre la trayectoria y obra de Isabel Castillo, recomendamos la entrevista que se le realizó para ser emitida en el IgTv de @disenoenvenezuela.
Mientras, «Guía del diseño de modas» sigue esperando por una editorial que se anime a publicarla en papel o en digital, bien sea como libro de texto o como obra de regodeo estético para apreciar cada detalle trazado por la habilidosa mano de doña Isabel Castillo.

Con información de http://www.elestimulo.com