Opinión

SER PRUDENTE 

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En mi reflexión de la semana empiezo por decir, que me permitan un paréntesis, para hablarle en el preámbulo un poquito de mí. Les comento que en días recientes, releía un libro y me encontré con una frase del educador y filósofo estadounidense, Amos Bronson Alcott, el  mismo hecho de haberla subrayado y haberle colocado la fecha del momento, que coincidía con mi cumpleaños número 30 (8-6-1983), y por eso me llamó poderosamente la atención, me indica que ya la había leído, pero en ese entonces, no le di la importancia que merece, tan es así, que ahora me pregunto: ¿CÓMO CAMBIA UNO CON LOS AÑOS? Aunque en la esencia, sigo siendo el mismo, con Dios por delante, me he empeñado de NO ir a la cama al final del día, sin haber aprendido una cosa más, y eso me lleva a pensar con humildad, que en cierto aspecto, he crecido como persona, por qué, hoy por hoy, PRUDENTEMENTE trato de evitar al máximo, los conflictos que en el pasado me quitaron tranquilidad y tiempo. Pues bien, volviendo a lo que leí del profesor, Bronson Alcott, él afirmaba: «LA PRUDENCIA ES LA HUELLA DE LA SABIDURÍA»; digamos nosotros, quien cultiva y práctica la prudencia, consigue construir sabiduría.
Así que, sin más preámbulo, la PRUDENCIA es un valor que consiste en obrar con cautela de forma justa y adecuada. Ser prudente es hablar y actuar con moderación, previsión, reflexión y sensatez, tratando de evitar posibles daños y respetando la vida, los sentimientos y las diversidades de los demás.
La persona prudente tiene la capacidad de considerar diferentes perspectivas, analizar las posibles consecuencias de sus acciones y tomar decisiones sin apasionamiento.
Vamos a colocar un solo ejemplo, de los tantos que existen: leyendo en las noticias casi a diario, los accidentes que hay en motos, todos estamos en capacidad de tomar conciencia, en que al manejar vehículos, sobre todo motos, de manera IMPRUDENTE, nos podemos matar, pero también les podemos desgraciarles la vida a una persona inocente, que nada tiene que ver con nuestra irresponsabilidad. Así que no pongamos en peligro la vida de los demás; de ahí, que la prudencia va de la mano con otros valores como: la responsabilidad, sensatez, mesura, moderación y, por supuesto, el valor del respeto.
De manera, que la prudencia significa también, saber distinguir entre lo bueno y lo malo, comportándonos de forma adecuada y ser coherentes en lo que pudiésemos llegar a decir con lo que hacemos.
En lo personal pienso: que ser prudentes en las interrelaciones del día a día, es nunca burlarse ni jugar con los sentimientos. ni la vida de los demás; tampoco permitir, que alguien lo haga con nosotros. Hay un principio tan hermoso y elemental, sencillísimo de ponerlo en práctica en todo momento: TRATEMOS A LOS DEMÁS, CÓMO NOS GUSTARÍA SER TRATADOS (así de simple con cada una de sus frases en mayúsculas), recordemos en NO olvidar, hacer nuestra la frase del educador, Bronson Alcott, la misma que una vez leí y al ponerla en práctica, viví muchos conflictos y, por ende, contratiempos: «La PRUDENCIA es la huella de la sabiduría», de manera, que la prudencia va de la mano con la sabiduría, aparte de ir de la mano también, con otras virtudes importantes.
¡Un abrazo lleno de bendiciones!
Por Fredis Villanueva