Ser coherente

En mi reflexión de la semana, comienzo por decir, más que una frase que me encanta, más bien, es un soporte a mi reflexión de esta semana, que debemos convivir con ella al momento de interactuar con los demás, la misma, dice así: «Si entre lo que sentimos, pensamos, decimos, hacemos y escribimos, hay COHERENCIA (Así con todas sus letras en mayúsculas), viviremos en armonía con nosotros mismos». De eso, podemos tener la certeza, porque más vale ser fiel a nosotros mismos, que al juicio ajeno.

Así que, sin más preámbulo, SER COHERENTE, es actuar de forma sincronizada con lo que se siente, piensa, dice y escribe, formando una coincidencia, entre la manera de sentir, pensar, hablar, escribir y actuar. Además, la coherencia es el reflejo de una conexión y un sentido de integridad en la vida de una persona. Para abreviar, una persona coherente es aquella que en su cadena virtuosa, jamás cae en la incoherencia, porque es de una sola pieza, actuando siempre de acuerdo a sus principios.

Por otro lado, la palabra coherencia, viene del latín ‘cohaerentia’ y designa la cualidad de lo que presenta una conexión interna y global de sus distintas partes entre sí. De modo, que la coherencia es pensar y expresar en una dirección determinada, sentir y actuar conforme una misma idea, así de simple.

En conclusión: Ser coherente, es mantener una correcta conducta en todo momento, basada en los principios del hogar, sociales y religiosos, aprendido a lo largo del camino de nuestra vida.

Gracias por leer mi reflexión de la semana, cuánto le agradezco que me ayude a compartirla.

¡Un abrazo lleno de bendiciones!