Paciencia y perseverancia
En mi reflexión de la semana, comienzo por decir una frase, que de una manera u otra, todos la hemos escuchado o dicho: «Tú puedes», que fácil es escuchar o decir dicha frase, pero todos sabemos en lenguaje coloquial, que el deseo no empreña. De manera, que la frase: «Tú puedes», se hace realidad, siempre y cuando, las dificultades se toleran con ánimo tranquilo, o sea, con paciencia. Y, gracia a la perseverancia no se abandona ante la primera brisa que sople contra, por creer que basta con abrir la boca, se logra lo que se quiere y de forma inmediata. Pues no, primero se tiene que cultivar y practicar estos dos valores: la paciencia y perseverancia, y así, no solo aceptar el fracaso, sino también, aprender de ellos como una manera de obtener perspectivas, mejorar y alcanzar el objetivo.
Así que, sin más preámbulo, tanto la paciencia, como la perseverancia, son dos valores fundamentales para enfrentar los contratiempos y alcanzar las metas.
La paciencia: es la capacidad de mantenerse sereno mientras se espera, aceptando así, que el crecimiento lleva tiempo y, como tal, hay que aguantar con serenidad los malos momentos y evitar que la nostalgia impida lograr el objetivo propuesto.
Por otro lado, la perseverancia es la firmeza y constancia en la forma de ser y de obrar para no sucumbir antes de culminar la obra virtuosa. Además, la perseverancia frena el temor a renunciar o desfallecer por la larga duración y seguir manteniéndose firme, sin vacilar, aún, en medio de fuerte retos y obstáculos.
La paciencia y la perseverancia son valores esenciales que todos estamos en condiciones de desarrollar; es más, dicho valores nos enseñan que el hecho que no pudiésemos hacer algo en un momento determinado, eso no implica que nunca lo podemos hacer.
Para finalizar, recordemos que todo lo bueno para lograrlo toma tiempo y paciencia, aparte que es inevitable cometer errores, no obstante, estos son parte esencial del aprendizaje y así, tener más dominio y confianza para continuar adelante en la búsqueda de una mejor calidad de vida.
Si le gustó mi reflexión de la semana, cuánto le agradezco que me ayude a compartirla.
!Un abrazo lleno de bendiciones!
Por Fredis Villanueva