Grandes pérdidas temen charcuterías por los largos apagones de este año
En muchas charcuterías del Táchira ya no se ve la diversidad de productos de años atrás, y esto responde a un mercado que no cuenta con el poder adquisitivo para llevar al hogar artículos alimenticios que antes era normal adquirirlos, como el jamón, salchichas y quesos.
Prácticamente, el 2020 los ha sorprendido con las despensas vacías, ya sea porque el producto ha tardado en llegar o porque sencillamente no prefieren invertir, en tanto las violentas fluctuaciones del dólar los ponen a pensar sobre cómo colocar los precios.
Con el kilo de jamón que casi duplica el salario integral, y un kilo de queso que se le acerca, ya un trabajador que gana en bolívares piensa dos veces para adquirirlos.
Por supuesto, existe una variedad de precios, y también es cierto que el más experimentado comprador siempre da con el sitio en el que calidad y costo se equiparen; no obstante, actualmente no hay presupuesto familiar tachirense que aguante la adquisición en cantidades importantes de dichos productos.
Los dueños de charcuterías admiten el gran incremento que han sufrido los precios de los productos ofertados por ellos, pero alegan que sencillamente se ajustan al costo que para ellos representa adquirirlo, el cual ha sido en este último mes alrededor de un 50 %. De otra parte, al venderlos en bolívares, representa para ellos un margen de ganancia muy estrecho que les impide renovar inventario, de ahí los visibles espacios vacíos en muchas vitrinas exhibidoras. Las bajas ventas también es otro de los elementos de una ecuación, que les aconseja limitar sus pedidos a los mayoristas. Pero, aunado a esto, el año 2020 ha empezado con una escasa remisión, de mercancía, y más de un comerciante está a la espera de una sorpresa, que tal vez no sea nada agradable. De otra parte, fuentes relacionadas al sector afirmaron que apenas se dejan en crédito los productos por dos días, y se cobra según el precio de dólar en ese momento.
Con nostalgia, recordaron otras Navidades, donde el jamón y el queso eran casi compañeros inseparables de la hallaca, por no hablar del pan de jamón, otro de los grandes ausentes de las mesas hogareñas.
Precios en ascenso
Al día de hoy, el queso llanero, el de mayor consumo en los hogares, está en alrededor de 180 mil bolívares el kilo -a finales de 2019 estuvo en un poco más de 100 mil-, y el kilo de mozzarella, muy del gusto de muchos consumidores, ronda los 250 mil bolívares.
Dependiendo del establecimiento y la calidad, el precio del jamón varía, pero por menos de 580 mil el kilo no se consigue. Por eso, los consumidores van “bien medidos” a la hora de adquirirlos, y prefieren llevar pequeñas cantidades, a veces hasta 100 gramos, que se reparten equitativamente entre los integrantes del hogar.
Pero si luchar con la inflación no resulta suficiente, los apagones también amenazan sus negocios, pues estos conllevan la caducidad de mucha de su existencia. El nuevo régimen de apagones en los comienzos de este 2020, contempla jornada de 6 horas continuas, las cuales ni muchos generadores de energía aguantan, o para hacerlo deben contar con una cantidad suficiente de combustible, otro producto escaso. Se calcula que una nevera puede mantener el enfriamiento por un periodo de 4 horas, después del cual comienza a calentarse; pero para que ello funcione, no debería ser abierta por mucho tiempo, algo que por supuesto no se puede hacer en un local donde continuamente se debe extraer y ubicar mercancía que requiere refrigeración.
Aunque no todas las charcuterías cuentan con el sistema biométrico para pagos, las que sí se han puesto al día han sido abordadas por muchos, ya que hasta los momentos no saben o no han podido gastar sus petros en otros productos de la canasta básica, o no quieren calarse colas en los supermercados, como las que se presentaron a inicios del año. Pero en vista de que por los momentos se ha suspendido la plataforma nacionalmente, hasta ahora no se puede evaluar el impacto en el sector.
Con información de La Nación