El valor del voto
Un sector de la oposición venezolana, cada día más pequeño y menos influyente, decidió apartarse del camino donde los demócratas dirimen sus diferencia y optan al poder, las elecciones, cuestionan toda iniciativa que implique que los venezolanos razonadamente y asumiendo todos los riesgos y las consecuencias que ello implica podamos en el ejercicio de nuestros derechos constitucionales ejercer la soberanía a través del sufragio y producir el cambio que todos anhelamos
Promovieron y fracasaron sus intentos de invasión extranjera, golpes de estado, asaltos mercenarios, recompensas millonarias por la cabeza de los gobernantes, incentivaron obstinadamente la abstención, la realidad los derrotó ninguna de sus ideas reflejaron un plan real, factible, realizable, un camino alternativo, sus continuos y reiterados errores mantienen a Maduro en el poder.
Convocadas las elecciones de gobernadores, alcaldes, diputados regionales y concejales una dirigencia media y militantes de partidos políticos con el apoyo de miles de ciudadanos obstinados de tantos errores y fracasos de la “dirigencia nacional” confluyen en rescatar el voto como institución para los cambios y está dispuesta a jugársela, rescatar la función primaria de los partidos como instrumentos sociales para obtener el poder en democracia, exigir garantías pero estar preparados, organizase, participar y asumir la difícil tarea en devolver la esperanza al sufrido pueblo, si el gobierno desconoce la voluntad popular, entonces habrán miles de razones para luchar e imponer el criterio soberano de la mayoría, es la alternativa para afianzar el cambio es la poderosa razón de levantar el ánimo de un grueso sector del país que sufre, padece, desespera por una salida con el menor trauma posible, confiable y con la esperanza que no todo está perdido o que esto es irreversible.
El abstencionismo permanente ha sido lo más perjudicial e incongruente que se ha propuesto, no produjo ningún efecto positivo, al contrario ha desmotivado al elector y ha desfigurado el sentido político y ético de los partidos políticos el debate está ahí y debe darse sin fanatismo, sin imposiciones, restricciones ni descalificaciones, al final la lucha de todos es por un mismo objetivo, ponerle fin a este terrible padecimiento que ocupa casi un cuarto de siglo de nuestra frágil historia republicana
Hay que organizarse, dejar los espejismos y falsas ilusiones, fracasaron rotundamente los planes alternos al voto, la renuncia anticipada, la abstención, nada sirvió para que Maduro abandone el poder, nadie piensa que solo el ejercicio del voto opositor en elecciones regionales hará posible el cambio pero si de ello surge un nuevo cuadro político con la fuerza de un conjunto de gobernaciones y municipios controlados por la oposición otra forma de lucha se plantearía un mejor escenario para la eventual batalla cívica y decisiva en los próximos comicios presidenciales.
Ernesto Faengo Pérez
