Drenajes para Coro, la oferta inconclusa de gobiernos regionales y municipales
Las gestiones de dos alcaldes y tres gobernadores han pasado por alto una de las exigencias de la Unesco, de construir un sistema de drenajes que permitan el desahogo del agua fluvial y residuales del centro de la ciudad.
El principal problema que ha venido padeciendo el área metropolitana de Coro ha sido la deficiencia en la capacidad del sistema de drenaje urbano para el vaciado de las aguas de lluvia y residuales. Esto origina un represamiento prolongado de esas aguas en diversas zonas de la ciudad, que es letal para las casas históricas y por ende deteriora la zona patrimonial.
La ciudad de Coro es una de las más importantes de Venezuela dado que conjuntamente con La Vela fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. De allí la importancia de contar con servicios públicos que funcionen adecuadamente.
En 20 años, los gobiernos socialistas municipales y regionales han tenido la oportunidad presupuestaria de ejecutar el sistema de drenajes o pozos percolados en diferentes zonas de la ciudad, especialmente en la zona poligonal patrimonial donde las aguas fluviales no tienen por donde drenar. El problema persiste.
Modelos hidrológicos-hidráulicos
La memoria histórica de Coro da cuenta que en el año 1996 el entonces gobernador José Curiel presentó como propuesta de campaña un modelo hidrológico- hidráulico para evaluar un sistema de drenaje urbano en zonas planas. Incluía la construcción de drenajes verticales siguiendo un modelo japonés, para desahogar el agua de lluvia en las zonas más bajas de la ciudad, especialmente en el centro de Coro. El proyecto fue engavetado por los gobernantes que desde el 2000 abandonaron poco a poco la mejora de los servicios públicos en la zona patrimonial.
Estos modelos representaron en el gobierno de Curiel una herramienta útil para la planificación y gestión de sistemas de aguas pluviales en el ámbito urbano de Coro. La evaluación de drenajes pluviales en la avenida Ramón Antonio Medina concluyó que las características físicas la clasificaban como un sistema arterial principal ubicado al sur-este de la ciudad, una de las zonas con mayor crecimiento urbanístico en los últimos 20 años. Hacia allá escurren sectores como Los Perozo, San José y 5 de Julio, además de algunos nuevos urbanismos localizados en las adyacencias de la avenida.
Este estudio según recordó el mismo ex gobernador Curiel, vía telefónica, exhortaba a la Alcaldía de Miranda a prever futuros usos de la tierra en zonas adyacentes a los sistemas de drenaje que se pretendían diseñar, y que quedaron en los planos con la captación de once sumideros de ventana, 8 en la zona sur y 3 en la zona norte, además de sumideros de rejillas en los accesos a sectores como Los Perozo, Los Antonio y 5 de julio.
Durante su gestión un equipo de ingenieros adscritos a la Secretaría de Equipamiento Físico de la Gobernación de Falcón, liderado por Freddy Tremont y Orangel Núñez, efectuó todos los estudios topográficos del proyecto. Pero la llegada de los gobiernos socialistas de Jesús Montilla y su esposa Stella Lugo de Montilla condenó por 18 años el proyecto en las sombras.
Cómo las gestiones de dos alcaldes y tres gobernadores pasaron por alto una de las exigencias de la Unesco -la construcción de un sistema de drenajes-, que permitiera el desahogo del agua fluvial del centro de la ciudad, dejó claro para la gran mayoría de la ciudadanía el mal manejo de los recursos para eliminar la acumulación excesiva de agua en calles y avenidas. La consecuencia: el deterioro progresivo de la infraestructura vial local.
La exigencia de la Unesco de acometer la perforación de drenajes en especial en la zona poligonal del patrimonio para su preservación era necesaria para sacar a Coro y La Vela de la lista en peligro.
En el 2006, un trabajo de grado de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm), elaborado por Luis Alejandro Sánchez y Veruzka Strippoli, advirtió que uno de los factores que imposibilitaba una eficiencia aceptable en la evacuación de las aguas pluviales por parte de los sistemas de drenaje existentes, tenía que ver con el relieve de la ciudad, caracterizado por una baja energía disponible para drenar el agua por gravedad, con divisorias poco definidas y acumulación de agua en superficie.
Los especialistas proponían un sistema de drenaje superficial que constaba de brocales y un colector enterrado para transportar el agua hacia la descarga final. Una revisión exhaustiva del proyecto original, permitió verificar que el sistema fue diseñado asumiendo que gran parte de las áreas que drenan hacia la avenida no serian urbanizadas.
Poca efectividad
Durante la gestión de Jesús Montilla no fueron solicitados recursos para los drenajes, solo para el mantenimiento de las casonas y museos de la zona histórica de Coro.
Durante el gobierno de Stella Lugo, y posterior a la vaguada de 2010, la comisión de la Unesco detalló en su informe la necesidad de que las aguas fluviales que se acumulaban en el casco histórico drenaran. De allí que fueron solicitados 600 millardos de bolívares al Gobierno nacional, aprobados pero no ejecutados en su totalidad. Esto ha originado que en pocos años vuelvan a ser necesarias estas inversiones, para acometer una obra definitiva que ponga fin al estancamiento de las aguas de lluvia y residuales.
Esto fue puntual para que el gobierno del actual gobernador, Víctor Clark, solicitara recursos a la presidencia de la República para la construcción de drenajes. Hasta la fecha no se han concretado.
Cronología de inversiones recientes
En julio de 2016 el presidente Nicolás Maduro aprobó recursos por 600 millardos de bolívares para el proyecto del sistema de drenajes de Coro y La Vela, presentado por la gobernadora Stella Lugo cumpliendo con los requisitos que exigía la Unesco.
La inversión de estos recursos establecía la elaboración del Plan de Manejo del Patrimonio que no lo había-, y la construcción de los drenajes para Coro y La Vela, cuya ejecución se debió iniciar con los recursos aprobados por el presidente Maduro, ese mismo año. En esta oportunidad no fueron ejecutados los trabajos del sistema de drenajes.
El presidente del Colegio de Ingenieros del estado Falcón (CIEF), Eulman Moncada, declaró que en octubre de 2017 el recién estrenado gobierno de Víctor Clark anunció la ejecución del sistema de drenajes en Coro. El propósito era convertir la zona patrimonial en un eje de turismo receptivo como método de diversificación económica. Para ello recibió la aprobación de 55 millardos de bolívares.
Estos 55 millardos de bolívares fueron aprobados por Nicolás Maduro para iniciar las obras conforme al cronograma de ejecución que también validó la Unesco. Los trabajos se comenzaron en el sector de Pantano Centro cerca del aeropuerto José Leonardo Chirinos de Coro, pero nunca se completaron. Aún se espera una solución estructural de drenajes en la zona Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Moncada señaló que los gobernadores Jesús Montilla, Stella Lugo y Víctor Clark no han atendido las sugerencias que el Colegio de Ingenieros ha ofrecido para mejorar el sistema de drenajes, permitiendo cuantificar el impacto de los procesos urbanizadores en la zona y al mismo tiempo valorar la gestión de los sistemas de drenaje urbano en zonas planas, dijo el perito.
En julio de 2018, una comisión de la Unesco y del Instituto de Patrimonio y Conservación (IPC), llegó para evaluar el patrimonio en riesgo. Sus integrantes verificaron que se habían alcanzado nueve de las once medidas correctivas sugeridas en 2015, que abarcó el arreglo de fachadas de los monumentos y casas patrimoniales, quedando pendiente el sistema de drenajes y la zona histórica en Coro y La Vela, además de la poligonal Unesco.
Yves Marcano, autoridad en Turismo, destacó ese mismo año 2018, los adelantos en los trabajos del plan de drenaje, tanto en Coro como La Vela. El funcionario afirmó que el proyecto estaba asegurado con la aprobación de recursos adicionales a los 600 millardos y los 55 millardos de bolívares. Se refería a un aporte para asistencia técnica por parte de la Unesco por 30 mil dólares.
En octubre de 2019, el plan de rehabilitación del centro histórico de Coro fue avalado por el IPC y la Unesco. Comprendía el sistema de drenajes como uno de los aspectos fundamentales, según lo manifestó Inti Clark, director regional de Cultura, quien junto al entonces presidente del IPC Falcón, Luis Díaz, hizo alusión a las labores de limpieza y descongestionamiento de alcantarillas, bocas de visita y todo cuanto tenía que ver con el sistema de aguas residuales.
Otra prioridad
Pero este esfuerzo no llegó a acometerse. Los drenajes que el gobierno regional esperaba atacar más a fondo, según manifestó el propio Inti Clark, quedaron en segundo plano al priorizar la recuperación de las estaciones de bombeo de aguas servidas en Coro, con los 55 millardos de bolívares en las arcas del IPC-Falcón.
Esta prioridad fue confirmada por la comisión del IPC Nacional, encabezada por su gerente, Dinorah Cruz, quien inspeccionó in situ los trabajos y evidenció que el mayor de los problemas -y que aún no ha sido atacado a profundidad-, era el de las aguas servidas, punto focal emplazado por los representantes de la Unesco en la última visita dispensada en Junio de 2018.
Cruz recordó que el plan de drenaje aprobado por la Unesco era un proyecto que debía abarcar no solo la zona patrimonial, sino también la zona poligonal.
La funcionaria explicó que para resolver el problema de las aguas servidas en Coro hay que levantar toda la capa asfáltica, de manera que se acordó con los alcaldes involucrados en ambas ciudades hacerlo por fases para poder dar un resultado óptimo. Estos trabajos no han comenzando y producto de ello, las calles presentan botes de aguas residuales que afectan la salud de los habitantes en estas zonas.
Para esos trabajos se aprobó a través de la Misión Venezuela Bella, la cantidad de 15 millardos de bolívares. Estas labores incluían la limpieza del sistema de aguas servidas en la zona patrimonial, que ha incrementado el escurrimiento superficial que drena directamente en avenidas y calles, debido a los cambios en el uso del suelo, producto del crecimiento urbano no planificado.
Lisbeth Barboza Ruiz CNP 8146