Aquellos concejales, por Ernesto Faengo Pérez
Puerto Cumarebo capital económica, política y social del Distrito Zamora integrado por aquella larga extensión geográfica que partía mucho más allá de San José de la costa en el municipio Piritu hasta bordear manglar abajo en línea con Taratara del municipio Colina en la segunda mitad del siglo pasado tenía en la representación municipal la más destacada personalidades dirigentes políticos y educadores y profesionales, líderes sociales altamente vinculados al querer y hacer de esta comunidad, todo el mundo los reconocía y respetaba no solo por su nombre sino por su trayectoria de servicio a los más altos intereses del municipio.
Así el concejo municipal se conformaba con respetadas y reconocidas personalidades como Luperco Donquis, Alejandro Romero Theis, Miguel Abraham Vargas, Ignacio Martínez, Rafael García. Luis Burgos, Armando Borrero, Ángel Iglesias, Jesús Delgado, Vicente Odor, Simón Castro, José Ramón Millán, Pino Graceffa, Yoyo Ramones, Augusto Peña Mariano Eret, Argenis Bravo, entre tantos personajes de la vida cotidiana de nuestro entonces Distrito cuya primera y única intención en esos cargos públicos era procurar apoyos, consensos, acuerdos para estimular el desarrollo económico y social de nuestra pujante, dinámica y trabajadora comunidad.
Así lucharon desprovistos de miserias partidistas o intereses subalternos para que el terminal del ferry Curazao Venezuela se construyera en Cumarebo, que hubiese un núcleo universitario de nuestra UNEFM en el distrito, que los productores agrícolas y pecuarios tuviesen buenas vías rurales y junto a los pescadores, la asistencia técnica y crediticia requerida y se instalaran en nuestra Perla tres instituciones bancarias. Conjugaron esfuerzos, sin detenerse por falta de situado, sin presupuesto sin cobrar dietas ni ningún otro emolumento, sin zancadillas políticas ni acuerdos oscuros procurando algún dividendo particular o económico, solo su vocación de servicio y el amor por esta colectividad les impulsaba a lucha para que se creara una obra educativa que transformó positivamente el desarrollo profesional del zamorano como fue nuestro Liceo Ezequiel Zamora, que la diversidad cultural floreciera como una característica propia de nuestro comportamiento, de pensar, sentir y actuar,que el deporte elevara nuestro prestigio en los estadios de todo el mundo
Separados Tocopero y Piritu de su delimitación geográfica otros ciudadanos ocuparon estos cargos representativos, la evaluación pública positiva en la gestión dista mucho de la que tuvieron y tiene aquella legión de zamoranos que escribieron sus nombres en la historia pasada y presente de nuestra colectividad. Ojala los nuevos concejales electos el pasado 21 de noviembre entiendan el difícil momento y los retos que les acechan y puedan estimar el mérito requerido para impulsar el valor social, político y humano del concejal, que actúen con gallardía y nobleza, no frustren la esperanza, que trasciendan por lo positivo de su empeño en cumplir la ley, sus atribuciones y trabajar de cara a la verdad con el pueblo por delante para que su nombre no se sumerja en el olvido de la opinión pública como tantos que hoy rondan los caminos inciertos de una pasada gestión gris, insípida y perjudicial a la comunidad.
Dr. Ernesto Faengo Pérez