Economía

2020: Venezuela puede entrar en un proceso de chinización de la economía

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Hasta ahora, en el debate nacional los cambios políticos constituyen una condición para los cambios económicos que el país necesita. Pero en un año de cruciales elecciones parlamentarias, la secuencia es al revés: la probabilidad de un cambio económico crece con el escenario político-electoral del 2020. El oficialismo está determinado a cosechar electoralmente la impresión de mejoría económica que se está sintiendo en el país y con ese fin flexibilizará aún más los controles de cambio y de precios, y abrirá la economía a la inversión privada nacional y extranjera.

Con la eliminación del arancel de aduanas prácticamente ha liberado el comercio exterior. Ante la pulverización de la moneda nacional ha dejado que avance la dolarización para no trancar las transacciones de compra-venta por falta de bolívares. En este nuevo ambiente, el comercio refleja síntomas de mejoría y, de continuar la apertura y liberalización, es bastante probable que en el 2020 la economía venezolana se estabilice y comience a crecer.

Para continuar con la dolarización, seguramente el gobierno autorizará la apertura de cuentas en divisas en la banca nacional para que se puedan hacer a través de ella los pagos por transferencias que actualmente se hacen a través de cuentas en el exterior. Así se logrará que más divisas entren a la circulación nacional, en vez de pasar de una cuenta a otra en el sistema bancario internacional.

Una vez indexados los créditos comerciales a la evolución de la tasa de cambio oficial, el próximo paso será autorizar el otorgamiento de créditos en divisas, incluyendo las tarjetas de crédito. La libre circulación de divisas en el sistema bancario nacional permitirá a los residentes en Venezuela recibir depósitos, hacer transferencias, emitir cheques, hacer retiros por cajeros automáticos.

El gobierno de Maduro quiere aprovechar la capacidad de lobby de las grandes compañías petroleras para flexibilizar las sanciones en contra de Pdvsa y así levantar la extracción de crudos. Los incentivos que ofrezca a los inversionistas extranjeros pueden traducirse en una creciente presión sobre la Administración Trump para que flexibilice y modere las sanciones financieras y comerciales.

Para aliviar el peso de la deuda pública, el gobierno puede estimular la conversión de deuda en inversión, entregando como parte de pago un porcentaje de las acciones que posee en empresas mixtas y públicas que serían gestionadas por el inversionista privado. A través de la Ley de Concesiones, también puede ceder a la inversión privada la operación de hoteles, puertos, aeropuertos, autopistas, etc.

En 2020, Venezuela puede entrar en un proceso de chinización de la economía en la que un gobierno que ratifica su carácter socialista, estimula la inversión privada con incentivos tributarios, cambiarios, arancelarios y de otra índole que contribuyan a la reactivación económica, la generación de nuevas fuentes de empleo e ingresos en divisas para el país. Esto ampliaría los espacios para una economía de mercado en la que se respetan los derechos de propiedad y las ganancias empresariales

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