1821-2021. EL 3 DE MAYO Y LA HISTORIA QUE NO FUE
La Historia se escribe con fuentes, con testimonios, vestigios de los hechos pasados. En el bicentenario de la toma de Pueblo Nuevo de Paraguaná por los comprometidos con el partido republicano, volvemos sobre aquellos hechos tan tergiversados en los medios de comunicación y ahora en las redes sociales. La historia divulgada en el espacio público.
Las fuentes señalan que el 3 de mayo de 1821 un grupo de republicanos toma la antigua capital de la península. Era Pueblo Nuevo la localidad de mayor concentración demográfica, sede del cabildo, asentamiento de familias de la élite local y centro de los cuerpos de milicias.
Los conjurados con el proyecto de Independencia hacen un acto público, exhiben una proclama y organizan tropas para marchar sobre Coro.
Esos comprometidos fueron entre otros: Mariano Arcaya, Enrique Garcés, Dámaso Blanco, José Luchón, Juan N. Sierralta, Carlos Naranjo, Francisco Miguel Pulgar, Cristóbal Medina, Segundo Primero y Santo Angel Loubet, representantes de pueblos como Baraived, Buena Vista o Moruy, todos “animados heroicamente por la señora Josefa Camejo”. (Acta de Gobierno de Colombia en Paraguaná, publicada por Camilo Arcaya en El Derecho, Coro, 21 de noviembre de 1888, p. 1; Archivo General Rafael Urdaneta. Caracas, Presidencia de la República, Tomo III, p. 193)
Es decir, no hubo batallas, ni violencia, ni enfrentamientos. Estos ocurrirían poco tiempo después cuando el gobierno republicano -conformado por pequeños y medianos propietarios de tierras- se enfrentaran a los indígenas de Santa Ana y Moruy, que defendían la causa realista en consecuencia con quienes les habían defendido en sus posesiones.
No hubo una amazona a caballo llamada Josefa Camejo, que conduciendo tropas se enfrentara a jefes realistas. Eso es inventiva de escritores y cronistas tradicionales. No fue ella a encontrarse con Urdaneta, y menos pudo dirigirse a Carabobo.
El papel estelar y principal de Josefa Camejo en aquellos sucesos -según nos dicen fuentes como cartas y memorias de Rafael Urdaneta- fue la de alentar al movimiento del 3 de mayo de 1821, la de arriesgarse al servir de enlace entre los comprometidos de Coro -liderados por su tío el Obispo Talavera- y los de Paraguaná.
No podía tampoco la señora Josefa Camejo conducir 300 esclavos a una contienda en el centro de Paraguaná -como irresponsablemente han repetido cronistas e historiadores- pues los padrones de esclavos de Paraguaná para 1821, localizados en repositorios como el Archivo General de Indias (Sevilla, España), Archivo General de la Nación (Caracas) o Archivo Histórico del estado Falcón (Coro), ofrecen cifras de esclavizados que oscilan entre 15 y 9 individuos para hatos como San Francisco, Tura, Acaboa o San Nicolás. Entonces ¿de dónde sacó Josefa Camejo tantos esclavos?
Simultáneamente, en Coro se había conformado otra Junta de Gobierno, integrada por Mariano de Talavera, Manuel de Urbina, José Miyares, Juan Antonio Zárraga y Antonio de Mora, cuyos emisarios pretendieron dialogar con el jefe Rafael Urdaneta el 9 de mayo de 1821 para evitar el saqueo de la ciudad. (Archivo del General Rafael Urdaneta. Caracas, Presidencia de la República, 1971, pp. 44-48).
Esa la efemérides que hoy conmemoramos. El movimiento independentista no fue solo un fenómeno paraguanero. Corianos y paraguaneros, a través de las gestiones del Obispo Mariano de Talavera y de su sobrina Josefa Camejo, unieron esfuerzos para acabar con la opresión, la tiranía y la intolerancia que para ellos representaba España y sus autoridades. Eso significa el 3 de mayo de 1821.
Es importante para los falconianos superar tantas mentiras e inventivas en el relato de la historia regional. Relato forjado por intereses particulares que nada tienen que ver con la comprensión de nuestro proceso como pueblo. Entender el momento que se vivía y los factores que entraron en juego a partir de entonces es fundamental para poder acercarnos a la Independencia en la región coriana.
Isaac López