Tiempo Falconiano | CERO IMPACIENCIA
Más de una vez he pensado que ya se ha dicho y escrito demasiado con relación al proceso de deterioro de Venezuela que ya acumula 22 años. Más de una vez he pensado que ya no es posible decir algo que no se haya dicho con respecto a la tragedia venezolana, a la autocracia, la hiperinflación, la corrupción, PDVSA, el agua, la electricidad, el gas, la gasolina y pare de contar. El gobierno no trabaja, o lo que es peor, lo que hace empeora la situación. Ciertamente, se ha dicho y escrito todo, se puede considerar agotado el cupo de reclamos, se puede caer en el fastidio. Pero la penuria continua, la existencia de Venezuela es precaria y eso obliga a mantener la lucha, no solo porque necesitamos vivir, sino, sobre todo, porque Venezuela tiene que seguir existiendo. El desenlace de este combate depende de dos factores. Uno, la fuerza del gobierno. Dos, la fuerza de la oposición. La debilidad del gobierno es el rechazo del pueblo al deterioro del país. La fuerza de la oposición es el descrédito del gobierno y el respaldo internacional. Pero la oposición necesita el apoyo activo del pueblo, lo cual depende de su capacidad de lucha, de su incorporación al proceso. Esto último exige el buen estado de ánimo de la población, con relación a lo cual es importante apreciar lo que se puede considerar normas de comportamiento. Muy a menudo se me pregunta cuánta paciencia creo yo que tenemos que tener, más de la que ya hemos tenido, y yo no tengo respuesta porque no se cuánta es. No se si es mucha o poca. Si creo saber que cada día que pasa, es un día “menos” que tenemos que aguantar. Pero hay algo respecto de lo cual si se la respuesta, y es cuánta impaciencia podemos tener. La respuesta es “CERO”. Todos hemos pasado por la penosa situación de una enfermedad, o la de un ser querido, y todos sabemos que cuando ha sido necesario, nos hemos armado de fe y hemos luchado y esperado la cura. Y que se sepa, no ha sido simplemente acostados en el cuarto del hospital. Ha sido realizando todo lo que se necesita, sobre todo en este tiempo de hospitales y clínicas desguarnecidos por la tragedia nacional. Entonces por qué no esperar hoy esta cura tan necesaria?.Entiéndase bien, esperar actuando, luchando. La necesidad de libertad es como la de respirar. No nos debe confundir el miedo, o la fuerza del gobierno. No se trata de odiar o desear el mal a alguien. Se trata de nuestra vida, la cual no es simplemente la vida física. Tengamos siempre presente que así como necesitamos respirar, necesitamos libertad, necesitamos ser ciudadanos de Venezuela, y no simplemente unas “cosas” de las cuales “alguien”, muy equivocadamente, cree que puede disponer de ellas, como si él fuera dueño de nuestra patria. La verdad es que nosotros tenemos muy mayoritariamente la fuerza del pueblo, el mismo que creó nuestras orquestas sinfónicas juveniles, y nuestra PDVSA, de las dos mejores del mundo, antes de que la destruyeran, y otros. Ya se destacó la necesidad de su incorporación activa al proceso de lucha, pero debe reclamarse que ha fallado el liderazgo que debe organizar y conducir, especialmente Juan Guaido, el Presidente de la Asamblea Nacional. Le toca cumplir en la oportunidad planteada con la “consulta nacional”.
En esta dirección, es importante que evaluemos nuestro potencial de lucha, con relación a lo cual “puede ser útil” considerar lo siguiente.
La fuerza más potente del mundo: La fe.
Si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo
Vale más fracasar por intentar un triunfo, que dejar de triunfar por temor a un fracaso
He aprendido que a Dios no hay que pedirle que resuelva nuestros problemas, sino fuerzas para uno mismo seguir adelante
Cuando los hombres se ven reunidos para algún fin, descubren que pueden alcanzar también otros fines cuya consecución depende de su mutua unión
Es mejor volver atrás que perderse en el camino
Sin prisa pero sin descanso
La constancia vence lo que la dicha no alcanza
La gota abre la piedra no por su fuerza sino por su constancia
Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles.
Estoy seguro de que cada uno puede encontrar su expresión.
Douglas Játem Villa