No es fácil vender un kilo de pescado
Los zamoranos apelan a diversas alternativas para subsistir en medio de profunda crísis económica que aterra al país.
Unos improvisan y hacen del comercio informal, una actividad capaz de generar algunos dividendos, que si bien es cierto, no alcanzan, por lo menos, sirven para palear un poco las precarias condiciones de vida, inducida por una inflación que carcomen el salario de los trabajadores.
En la calle Bolívar de Cumarebo, resulta habitual observar carritos que venden pescado en diferentes especies. Sin embargo, no es fácil vender un kilo de pescado.
En primer lugar, aducen los comerciantes de este producto, que para poder vender un kilo de pescado cuesta «Dios y su ayuda». Uno, porque sus precios suben con frecuencia y otra razón, es porque no hay efectivo, lo cual obliga a cobrarlo a través de los puntos de ventas, que casi nunca funcionan.
En el mundo hay un adagio popular que dice: «Nos pela el chingo y nos agarra el sin nariz». Un kilo de Cazón, por ejemplo, cuesta 50 mil bolívares. No es fácil que una persona cargue 50 mil en efectivo en el bolsillo, explican.
Por otro lado, cuando lo van a cancelar por puntos de ventas, o no hay conexión bancaria o se va la luz, dejándonos sin cobertura. No es fácil, tratamos de sobre vivir en medio de grandes dificultades.
Luis Hidalgo CNP 13501