Mis reflexiones en esta Navidad 2020
La noche de mañana 24, es la más dulce del año, a las 12 sin minutos muchos diremos frases motivadoras y emocionantes que nos nacen de lo más sublime de nuestro ser, por el nacimiento del Niño Dios. En lo personal, le pido al Niño Jesús, que está por nacer, que mis reflexiones en esta Navidad 2020, puedan llegar a mucha gente a través de este prestigioso Diario “La Mañana” en su página Web: www.lamananadigital.com.
He elegido el tema de hoy, “Mis reflexiones en esta Navidad 2020”, para dedicárselo a mi familia, a mis amigos, a mis nuevos compañeros de cola y de mucha colaboración en la odisea para surtir gasolina a mi camionetica, mención resaltante quiero que reciba mi amigo Iván Salas, quien siempre me está enviando mensajes de profundas reflexiones que iluminan mi limitada lucidez. Deseo que les llegue, mi más espontánea dedicación a los(as) lectores(as), de este medio, por su página Web; arriba mencionada, que sin ellos(as), cayeran en el vacío mis sinceras intenciones de aportar en cada uno de mis temas mi granito de arena en esa terquedad de ser cada día mejores personas. Asimismo, le dedico estas reflexiones al licenciado, Atilio Yáñez Plaza y a su equipo de trabajo, ya que sin ellos(as), la publicación de mis temas de todos los miércoles, no sería posible.
En la madrugada de solsticio de invierno (el día más corto del año), cuando me desperté, después de agradecerle a Dios por un nuevo día, me detuve a reflexionar y pude sentir en lo más adentro de mi alma que hay muchas personas buenas que sin estar cerca de mí, siempre me acompañan y que también hay otras a las que quiero mucho sin que ellas lo sepan, e incluso, las saludos cada mañana, pero al igual que yo, vivimos ocupados en nuestros quehaceres del día a día. Sin embargo, de una u otra manera, me han ayudado a ser lo que soy.
En mis reflexiones, dentro de la quietud de la madrugada, arriba mencionada, pude agradecerles a esos amigos que tengo a mi favor y a los que siempre me apoyan. Además, a los que me ayudan a mantener el optimismo cuando les digo que no vayamos a perder la fe, en que más temprano que tarde, Venezuela va cambiar para la alegría de la mayoría de los venezolanos. Pues bien, cómo me entusiasmé en mis reflexiones, cuando aparecieron las imágenes de esos amigos que tanto aprecio sin que ellos los sepan y me pregunté. ¿Cuántas personas existirán que también me estiman sin que yo sepa quiénes son? Mas, sin embargo, les puedo decir de todo corazón: que uno de esos momentos reflexivos que más me alegró, fue cuando sentí de cerca a mis familiares y amigos que por la diáspora están fuera del país. No obstante, debo decir: que sentí un bajón, cuando aparecieron en mi memoria familiares y amigos que tengo cerca y no les dedico el tiempo que se merecen.
Para finalizar, a pocas horas de la Nochebuena y Navidad, las fechas más importantes del año para los cristianos, lo que más deseo, al igual que usted, es estar en compañía de las personas que más quiero, regocijarme con su presencia y darle gracias a Dios por mi familia. Sin embargo, sé que no vamos a poder evitar la nostalgia al recordar que hay seres queridos que no nos pueden acompañar. Unos porque están fuera de Venezuela por la situación país y otros porque se fueron al cielo, a convertirse en una estrellita más, para iluminar con mayor claridad nuestros caminos. Pero, no vayamos perder la fe y la esperanza, en que vienen tiempos mejores y las próximas Navidades serán, primeramente Dios, como las de la IV República.
Por último, donde hay esperanza hay Navidad y mañana es la víspera de la Navidad, nace el Niño Dios, quien nos traerá paz a nuestros corazones, para recordarnos que cada nuevo día sea un nuevo renacer en que la vida nos sonreirá y con su maravilloso amor, nos orientará a seguir adelante.
Gracias por haber leído el artículo, si le gustó, ayúdame a compartirlo con sus familiares y amigos.
¡Un abrazo emotivo de Feliz Navidad! ¡Hasta el próximo miércoles, Dios mediante!
Por Fredis Villanueva