Opinión

Me tocó vivir este tiempo

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No conozco otro sistema político. Nací en 1995 y desde que tengo uso de conciencia he sido formado por la hegemonía comunicacional del expresidente Hugo Chávez donde descalificar a quien pensara diferente era una costumbre. Donde gritar usando un micrófono fue sinónimo de brillantez. Donde la opinión unidireccional era la relevante y donde el capitalismo y el sueño Americano eran del diablo. Escribo en pasado porque ya no lo considero así. Leer, pensar, analizar y ver los resultados de ahora, me han permitido cultivar un criterio diferente.En este ensanchamiento de la conciencia me atrevo a escribirles lo que desde hace semanas me preocupa y muchas veces invade mi sueño: mi futuro. 
Me tocó vivir este tiempo. No sé si alegrarme o abandonarme en el vacío, pero sé que es histórico ante el mundo. Me tocó ver el hambre abrazar a los míos. Me tocó escuchar despedidas indeseadas, historias crueles e inhumanas en pleno siglo xxi.

Me tocó ver a mis compatriotas comer de la basura, llorar del hambre, del frio y huir del miedo. Me tocó ver como la desesperanza amarga el corazón del más pequeño. Me tocó ver como la justicia es enterrada por la impunidad. Me tocó ver como el enemigo crea su contrincante a su medida. Me tocó en definitiva, el mejor escenario para saber cuál es mi propósito. 
Me tocó vivir el tiempo más cruel que hasta ahora conozco. Algo parecido a un documental de NatGeo sobre Hitler. Tan cruel como este controversial personaje de la historia universal.

Pero…En Enero del presente año se encendieron las llamas del patriotismo en Venezuela. El farol en medio de la más densa oscuridad anunciaba el fin de esta era. Ocho meses después, la oscuridad volvió a vencer. ¿Vencer? Si. Vencer. Aquí nadie ha ganado, pero miles están perdiendo.

Me tocó ver como quienes hablan de democracia persiguen a quienes les critican. Me tocó ver como venden mi tierra por uno dólares norteamericanos o, por unos miles de barriles de petróleo. Me tocó ver como desde la burocracia se engañaba al pobre, al necesitado, al menesteroso. Me tocó conocer la asquerosa política de mi ciudad.
Me tocó escuchar la pobreza vestida de blanco, rojo, amarillo, naranja, azul y verde. Me tocó ver la falta de integridad y principios de todos los colores. Me tocó trabajar para el fracaso y para la arrogancia. Me tocó nacer en Venezuela. Me tocó conocer sus gigantes, sus enemigos y sus asediadores.

Me tocó nacer aquí. Rodeado de mar, arena, sierra y llanos. Me tocó comer dulce de leche y ver el multicolor atardecer de mi ciudad. Me tocó vivir este tiempo. Inimaginable. Insostenible. Agotador. Me tocó quedarme aquí porque me tocó pelearla. Me tocó pelear lo que me pertenece: Mi patria. Mi patria, burlada por quienes prometieron prosperidad y por quienes tienen hambre de poder cuando sus vidas, a diario, se desmoronan. Defenderé sus principios, esos que los libros de historia me enseñaron pero que jamás he vivido.

Me toca defender mi patria contra todos los que desde el “liderazgo político” pretenden seguir saqueando y otros, partiendo de sus caprichos sin sentido y sin un mapa, pretenden improvisar como quienes les antecederán.

Decía que me preocupa mi futuro porque está en manos de quienes hoy no tienen nada que ofrecer aunque sostengan que son el cambio. ¡Dios bendiga a Venezuela! Nos volveremos a leer… 
¡Fuerza y verdad!

Por Jhonattam Petit @soypetitygarcia

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