Opinión

LAS ADVERSIDADES SON PARA APRENDER 

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En mi reflexión de la semana, comienzo por decir, una frase del escritor y conferencista, John C. Maxwell, que ojalá, todos la pudiésemos tener presente en los momentos difíciles, dicha frase dice así: «Enfrentar las adversidades nos obliga a aprender, no solo sobre el mundo que nos rodea, sino también sobre nosotros mismos». Es más, las adversidades como parte de la vida, es mejor aprender de ellas, que quejarnos. De aquí se origina el nombre de mi reflexión de la semana: LAS ADVERSIDADES SON PARA APRENDER. 

Así que, sin más preámbulo, las adversidades son para aprender de ellas, ya que nos permiten descubrir muchas habilidades, creencias, guías y limitaciones. Esto nos ayuda a crecer como persona y a enfrentar futuros desafíos con más conocimientos y con mayor confianza. Además, es a través de las adversidades que podemos desarrollar la habilidad de la resiliencia y aprender a convertir los obstáculos en puentes para continuar adelante. 
Es importante resaltar algunas lecciones que podemos aprender de las adversidades; tales como, aumento de la autoestima, la toma de decisiones fundamentadas en un orden, según las prioridades; así mismo, el desarrollo de la determinación y la sabiduría; como también, a dirigir las emociones a sobreponerse, adaptarse y recomponerse en el menor tiempo posible en futuras adversidades que se pueden presentar, entre otras lecciones beneficiosas.
En conclusión: Recordemos que los mayores dones de la sabiduría con frecuencia se encuentran dentro de las adversidades a las que nos enfrentamos, porque de verdad, son las adversidades las que nos ponen a prueba. 
Para finalizar, quiero dejar una frase corta, pero es una belleza,  en el camino de la vida, que día tras día, tenemos que recorrerlo, dice así: «En las adversidades, con la ayuda de Dios, tenemos que convertir el veneno en medicina»… ¿Verdad qué es bella?
Gracias por leer mi reflexión de la semana, si te gustó, te agradezco que me ayude a compartirla.
¡Un abrazo lleno de bendiciones!
Por Fredis Villanueva