La mesita de diálogo se mueve a dos aguas para escoger un nuevo CNE
El 16 de septiembre de 2019, el país recibía la noticia de una nueva iniciativa de diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y sectores de la oposición. Con un formato parecido al que se ha utilizado en otros años, el gobernante venezolano cambió la cara de sus interlocutores, pues en lugar del llamado G4 opositor (Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo), se sentó con representantes de partidos minoritarios que se han sentido excluidos de las grandes decisiones políticas del país.
Con la mira en puntos álgidos como liberaciones de presos políticos, sanciones y próximos eventos electorales, la llamada “mesita” concretó varias mesas técnicas para plantear sus puntos de vista y lograr acuerdos entre todas las partes.
Cambios en el sistema electoral y mecanismos de cumplimiento de garantías son las principales exigencias desde el sector opositor para llevar a cabo nuevas elecciones en el país, pero todo pasa por la escogencia de nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), un proceso que según la Constitución en su artículo 296 corresponde a la Asamblea Nacional (AN).
Luego del retorno de la bancada del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) al parlamento venezolano, como parte de un acuerdo de la “mesita”, desde todas las organizaciones políticas se habló de la necesidad de conformar un nuevo CNE que iniciara las reformas necesarias para dar la suficiente confianza a los venezolanos de participar nuevamente en elecciones.
La comisión preliminar de postulaciones electorales quedó conformada por 11 diputados: seis de la oposición, cuatro del PSUV y Franklyn Duarte, uno de los parlamentarios que se autojuramentó el 5 de enero como parte de la directiva de la AN en un proceso viciado.
Para conformar el Comité de Postulaciones hace falta la integración de 10 representantes de la sociedad civil, que fueron anunciados el miércoles 26 de febrero. Desde mediados de diciembre de 2019, los parlamentarios del PSUV y la oposición no se reunían para concertar una estrategia conjunta a la hora de elegir los nuevos rectores del CNE, algo en lo que han insistido por separado.
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