Opinión

Bueno es cilantro, pero no tanto

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El dicho dice:”Bueno es cilantro, pero no tanto”. En Venezuela, parece que con tantas expresiones que se han vertido a los medios de comunicación, el pueblo venezolano, incluyendo sectores militares, le está diciendo al General Padrino que ya está bueno, que “tanto así no es bueno”, con relación a su reciente discurso, en el cual quiso darse el gusto de “informarle” a la oposición venezolana, o sea a un 80% aproximadamente de los venezolanos, que nos olvidemos de recuperar el gobierno, es decir la democracia y la libertad,, porque mientras exista una fuerza armada como la que acompaña a Maduro, eso no puede pasar. Los estudios del general, y sobre todo su propia experiencia de vida, e incluso la historia del hombre, le deberían haber enseñado, que si bien en ocasiones el curso de las cosas humanas no es el normal, ellas siempre recuperan el rumbo correcto, el que debe ser. Puede fijarse en la experiencia de Hitler, quien pretendió también cerrar el paso, en este caso a la misma humanidad, y terminó suicidándose. Fíjese en la experiencia de Stalin, quien, quizás bien para él, murió sin presenciar el fracaso estruendoso de su proyecto. Ambos contaban con toda la fuerza. Nosotros en Venezuela, guardando la distancia, con el comportamiento precisamente que le corresponde a la Fuerza Armada al servicio de la Nación, del pueblo, pusimos en su sitio la pretensión del dictador Pérez Jiménez de perpetuarse en el poder. Uno no puede saber hasta donde llega la “información” del general, pero debe suponerse que no incluye la “guerra” contra la colectividad, contra 80% de nuestra población. Lo que si sabemos es que el pueblo venezolano no puede vivir sin libertad, sin democracia, y por eso, apoyándonos en nuestros derechos legítimos, y sobre todo en nuestra voluntad, realizaremos la lucha que se ha venido presentando, para recuperar la patria y colocarla en el sendero que le corresponde a cualquier colectividad de seres humanos, con base en los principios y valores que la humanidad definió hace ya unas tres cuartas partes de un siglo. Se debe repetir que como seres humanos dignos de ello, viviremos recuperando los derechos humanos, la libertad, la democracia, el bienestar y la felicidad. El general puede saber que nuestra misión no es la guerra, sino cumplir la responsabilidad ciudadana de aplicar los diversos y valiosos recursos humanos que comprende el pueblo venezolano, para generar la fuerza que se traduzca en reclamo y presión a favor de nuestra causa suprema.

Por Douglas Játem Villa

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