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Balbi: “El periodismo tiene que romper con cualquier amenaza y tentación de modelo autoritario de comunicación”

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En Venezuela, el régimen político limita el acceso a la información pública, agrede a trabajadores de la prensa, los encarcela, censura y cierra medios, pero ese escenario ha servido como abono para que se transite por un proceso en el que han surgido nuevas ideas y formas de informar.

Marianela Balbi, periodista y directora ejecutiva del Instituto de Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS Venezuela), estuvo en Ciudad Guayana a propósito de la presentación de “Voces en el paredón” Informe Anual de IPYS Venezuela 2019. A pesar de los años difíciles que ha sufrido la libertad de información en el país, mira el tránsito y describe las partes positivas y negativas de las últimas dos décadas.

“Lo que sucede en Venezuela no se repite de la misma manera en otros países, estamos viviendo un modelo de censura muy perverso y muy bien diseñado; desde el poder se han establecido mecanismos administrativos y burocráticos y todo un enmiendaje de leyes que conducen a la situación de censura que se está viviendo”, dijo.

En los últimos ocho años han ocurrido en el país 2.865 casos de violación a la libertad de expresión. En el 2019 sucedieron 534 violaciones, es decir, 351 casos más que los documentados en el año anterior, según el reporte anual de la organización.

Si se mira de forma global a América Latina, en el país no han muerto periodistas por informar, como sucede en México y Honduras, pero sí hay un gremio que ha sido censurado, autocensurado y perseguido por el poder.

A pesar del contexto de la censura y los medios de comunicación controlados por el Estado para callar a los disidentes, destaca que de las cenizas ha surgido “uno de los momentos de mucha luz y brillo para el periodismo venezolano y se refleja en cómo los periodistas y los medios han logrado sortear los modelos de censura y han logrado ganar premios y destacarse en Latinoamérica y España.

Un salto al periodismo multiplataforma

“Hemos visto con mucha alerta y preocupación cómo han cerrado más de 90 medios por la crisis y la falta de servicios públicos, electricidad e internet, los cierres de radios y de televisoras, casi todas las que quedan tienen una línea editorial plegada a las políticas de gobierno”, comentó.

Por ende, una de las grandes transformaciones que ha tenido este proceso ha sido el cambio radical del consumo de información en los venezolanos. Estos efectos han conducido a que el tejido comunicacional de muchos medios tradicionales se ha deshecho.

Ha generado que los medios que antes salían en papel migren a la web y con el auge de los medios digitales en el país, los periodistas han diversificado el contenido a múltiples plataformas. “Es bueno que ocurra porque esta es la tendencia a nivel mundial, a nivel global el periodismo está siendo multiplataforma, se ha conectado más con las comunidades, se han creado nuevas narrativas utilizando la tecnología”, destaca.

Los lectores ahora se informan por los portales web y los perfiles que los medios han creado en redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, Telegram, Whatsapp y Youtube, pero muchas veces con barreras tecnológicas y bloqueos.

Balbi explica que lo paradójico y preocupante es que este avance no ha ocurrido de forma natural, sino para evadir la censura. No se creó como un modelo de negocios creativo, como ocurrió en otros países, sino como una forma de escape y una evolución por parte de periodistas y medios que dieron un paso hacia adelante para seguir haciendo periodismo independiente.

“Estamos viendo una transformación positiva por una parte, pero que en el caso venezolano responde a una agresión y limitación permanente a la libertad de prensa y la libertad del ciudadano de saber, buscar y difundir información”, explicó.

Cerco a los medios

Con la llegada de sistemas populistas y autoritarios, el panorama periodístico en la región está dando un giro que, en cierta forma, ya Venezuela vivió, tras los ataques y agresiones verbales a periodistas por parte del fallecido expresidente Hugo Chávez.

En Brasil, la Federación Nacional de los Periodistas (Fenaj) presentó un informe en el que denuncian que los ataques a periodistas brasileros incrementaron 54,07% en 2019 con respecto al año anterior. El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha atacado y desacreditado a trabajadores de la prensa en 121 declaraciones públicas, lo que representa y lo hace responsable de 58,81% de todas las arremetidas a este oficio durante el año pasado.

En Estados Unidos, el presidente Donald Trump desautoriza a los medios y acude a las redes sociales para comunicarse con su audiencia. En múltiples actos públicos le ha dado la espalda a los medios de comunicación, ha atacado verbalmente a periodistas y ha calificado de fake news las informaciones que lo adversan.

Este escenario ha generado que aliados conservadores simpatizantes de Trump realicen operaciones para desacreditar a medios que emitan informaciones que se consideren hostiles hacia el presidente, publiquen información dañina sobre los periodistas que redactan las notas e, incluso, agredan a camarógrafos en actos públicos.

“Lo que tienen en común Trump, Bolsonaro y Chávez es un autoritarismo y populismo que siempre tiene un origen muy pernicioso para la democracia, sea cual sea la tendencia ideológica de los líderes políticos, eso los iguala en cuanto a conductas y mecanismos para el control del poder, de las masas y de los medios como canales para la conexión del poder con las bases y por eso vemos esas similitudes”, explica Balbi.

Además de creer que esas formas de hacer política tienen elementos muy antidemocráticos, señala que los periodistas son el blanco desde cualquier ángulo de poder e ideología, pero estos hechos refuerzan la identidad de los trabajadores de la prensa y su papel en la sociedad, en la democracia y cómo se relacionan con el poder.

Estos sucesos logran que se ejerza un periodismo más enfrentado con el poder; sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de posiciones polarizan aún más la situación y los periodistas corren el riesgo de tomar partido por los adversarios al poder. “Yo creo que en el periodismo frente a cualquier tipo de populismo, autoritarismo o estos intentos se debe tener en claro cuál es la misión, la labor, el centro, el punto de equilibrio, a quién se debe, si es un tema de interés público y rescatar siempre los principios periodísticos”, agregó.

Nuevas formas con el rigor de siempre

Venezuela no se ha quedado atrás con respecto al resto del mundo. El auge de nuevas formas de contar historias está tocando nuestras puertas y se está realizando contenido innovador dirigido a muchos gustos, desde el humor hasta las noticias.

Como el auge de los podcast que, en cierta forma, ha cambiado la forma de hacer radio, locutores que se sienten censurados en las emisoras nacionales migran a la web, en una ruta parecida a la transitada por los periódicos. “Yo creo que los podcast tiene que ver con la exploración y diseño de nuevas narrativas para conectarte con el público. El éxito de estos, así como lo tuvieron otros contenidos periodísticos, responde a esa necesidad que tenemos de encontrar diferentes y nuevas maneras de contar la realidad y las noticias”, considera.

“El periodismo ha entendido que frente a una sociedad absolutamente condicionada por la tecnología y que no puede existir sin ella, se debe buscar formas de entrar ahí para lograr el impacto de las noticias”, explica.

La periodista comenta que las nuevas formas de contar historias deben tener como base el periodismo de siempre, solo que adaptado a las nuevas audiencias. Apunta que los podcast, por ejemplo, son el mismo formato tradicional radial, pero en streaming, plataforma de audio o video, de modo que pueda ser consumida cuando la persona desee.

“La base debe ser la misma, lo novedoso debe ser cómo me acerco a la audiencia, esto reivindica que el periodismo que está por debajo es el mismo siempre así lo digas en podcast, en una visualización, en una infografía, un micro de televisión, escribas un libro o un texto para el periódico, el periodismo que está por debajo debe ser el mismo oficio con la misma ética, rigurosidad, responsabilidad y principios”, expresó.

Otra de las innovaciones es la suscripción a contenidos exclusivos de los medios de comunicación, pues actualmente muchos venezolanos reciben de forma personal a sus correos electrónicos boletines informativos. Esta nueva manera de mantenerse informado ha marcado una tendencia en el mundo, se puede elegir qué medios leer y sin la necesidad de visitar sus portales, solo con una suscripción se recibe periódicamente avances informativos e, incluso, con un aporte económico los usuarios obtienen contenidos exclusivos.

“Eso refuerza la necesidad de información confiable y verificada porque, si bien los medios digitales tienen su parte positiva de democratización del periodismo, también es cierto que en este ciberespacio hay también muchos riesgos como la desinformación y manipulación. La respuesta a esto es buscar credibilidad, verificación y unos mecanismos que hagan sentir confiados a los consumidores de la calidad de información que están recibiendo”, comentó.

Debido a los avances tecnológicos, cualquier ciudadano con un teléfono inteligente puede cubrir hoy en día noticias locales. Balbi explica que esto no debe preocupar a los medios de comunicación, sino que los infociudadanos deben ser unos aliados para enriquecer el hilo comunicativo.

“El periodismo debe hacer una alianza necesaria con esa franja de la población, bajarnos un poco del pedestal y empezar a convivir con estos grupos que están en primera fila, que están viviendo una realidad que a veces nosotros llegamos a intentar entenderla, lo hacemos es nuestro papel, pero también debemos entender que debemos hacer alianzas”, indicó.

El rol de los medios de comunicación y los periodistas, en este caso, es darle una estructura a la información emitida por los ciudadanos, darle contexto, valor periodístico, verificación, debe ser una alianza en la que ambas partes aporten.

 Muchas luces a futuro

Balbi ha mirado lo bueno y lo malo que han traído estos últimos 20 años de periodismo en Venezuela. “Si hay algo bueno de lo malo es que como hay que construir todo entonces demos un salto realmente importante, no tenemos por qué pasar por un territorio que ya sea obsoleto, pasemos realmente a lo que está en primera línea y aprendamos de lo que se está haciendo en otras partes, nos estamos perdiendo 20 años, pero demos un salto a 20 años después, no nos quedemos en tratar de restaurar lo que teníamos, ese es el reto”.

Mira con optimismo las nuevas generaciones de periodistas venezolanos; indica que son jóvenes que crecieron en un régimen autoritario y dictatorial y no tienen una referencia previa de cómo hacer periodismo en tiempos de crisis.

“Es importante destacar que las nuevas generaciones no han tenido punto de comparación ni referencia, y sin embargo soy muy optimista de ellos. Aunque hay un grupo que defienda un periodismo militante, frente a eso hay un grupo que ha comprendido, se ha conectado con el periodismo que se hace en otras partes de la región, y tiene muy claro lo que es el periodismo independiente, plural y las funciones de este oficio en una democracia”, expresó.

Con información de http://www.correodelcaroni.com

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