A Cumarebo ven, por Ernesto Faengo Pérez
Existe desde hace más de 500 años, caracterizado como un pueblo típico de la Venezuela provinciana, aún quedan en su espacio geográfico casas largas de adobe y bahareque con el tradicional techo a dos aguas, patio central adornado con verdes y pequeños arboles florales y el incomparable calor humano de sus habitantes, asediadas por construcciones mas modernas en sus calles empinadas con la mirada al mar, legionarias de tanta historia popular y condiciones intrínsecas que lo hacen un pueblo distinto, incomparable e inolvidable para sus habitantes permanentes, maravilloso para quienes lo visitan por primera vez, acogedor para los que pernoctan y tienen oportunidad de ver sus lunas llenas y oír los compases de las guitarras y la voz de sus trovadores, que son muchos y están activos, participar en una serenata con aquellos boleros de siempre con el murmullo de las olas marinas besando el litoral, despertar debajo de una ventana a esperar que la suave mano de la mujer amada encienda la luz de la receptividad del eco del amor surtiendo efecto emotivo en lo profundo del alma sentimiento ancestral que confunde el amor platónico con el posible o real efecto de soñar y transmitir en una melodía todo la fuerza de esa tradición que pervive y se niega a desaparecer a pesar de los embates de la dejadez y abandono destructivo en la última década convertida en imperdonable insolencia asociada con el comején, la indiferencia y el deshonor procuro devorarlo sin poder a un pueblo que lo merece todo y mucho más.
Así se respira aire nuevo en este nuevo año, en sus calles adornadas con sus hermosísimas mujeres sus historiadores y poetas entrelazados con empresarios, comerciantes, pescadores, pintores, escultores, transportistas, estudiantes confundidos en un sueño que ahora despierta con mucha intensidad. Los cumareberos y zamoranos hemos decidido detener la devoradora maquina destructiva que cual comején invadió nuestras estructuras administrativas desde la alcaldía y el concejo municipal y comenzar a recomponer el municipio, es una ola de voluntades que aportan y se suman en iniciativas enaltecedoras y se alinean con el alcalde Orlando Millán comprometido en cuerpo y alma en atender personalmente las mejoras del servicio eléctrico, el servicio de agua por acueducto, aseo urbano, botes de aguas servidas que azotan al municipio y cuya respuesta oficial había desaparecido y hacia absolutamente nula y degradante la triste, gris, desoladora y destructiva gestión del anterior gobierno municipal. Decimos con la fuerza de todos los zamoranos, “ahora si hay gobierno en Zamora.”