Opinión

Tiempo Falconiano

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El Pacto

Se ha escuchado y leído tanto acerca del Corona Virus, y se continuará, que es muy difícil siquiera imaginar qué más se puede agregar. Sin embargo, no se debe descuidar el mantenernos alerta, tanto desde el punto de vista de la salud, como el económico, y en general de toda la existencia del ser humano. Por mi parte, reconociendo la autoridad científica de los sicólogos, siquiatras  y demás conocedores en esta materia, procuro conservar la mayor normalidad posible, a cuyo fin me apoyo en la fe en Dios, y en la confianza en la capacidad general de la humanidad para superar problemas y progresar, como ha hecho a lo largo de la historia. Se está claramente consciente de la enorme magnitud del problema, pero se tiene fe, esperanza y confianza, entre otras virtudes. Es justo aplaudir y agradecer la labor abnegada del personal del campo de la salud que nos ha estado cuidando, con sus complicaciones derivadas de las limitaciones en los recursos disponibles, incluyendo, según se quejan, la gasolina. También se reconoce el trabajo del personal responsable de la seguridad de personas y bienes, esperando naturalmente que no se cometan abusos, como algunos que han sido denunciados con relación a trabajadores de la comunicación social. En fin, se valoran todos los aportes sociales y comunitarios provenientes de tantas personas y organizaciones, a lo cual tenemos que responder, no solo con el agradecimiento ya indicado, sino también con el comportamiento ciudadano responsable que no les haga más difícil su trabajo. Por otro lado, también se ha planteado que el gobierno amplíe su trabajo, y le posibilite a las familias y empresas contar con lo requerido para la producción y consumo de bienes y servicios vitales, a cuyo fin se esperan medidas compensatorias. En primer lugar, en materia de encaje bancario y dinero disponible en la economía. Luego en Impuesto Sobre la Renta, respecto del cual la posibilidad de actuación para el gobierno se agota el próximo 31 de marzo. Igualmente respecto del IVA y otros similares. También con relación a cánones de arrendamiento y amortizaciones financieras. Finalmente se puede indicar compensaciones sociales que auxilien, en términos de equidad, a los diferentes sectores de la  colectividad en general, mientras ella recupera la normalidad. Finalmente, algo más importante es el asunto de un acuerdo especialmente político entre gobierno y oposición, con la finalidad de aumentar la capacidad de Venezuela para combatir y derrotar la enfermedad. Se trata de algo compartido por cualquier venezolano sensato y por ende responsable. Como siempre, estos casos se traducen necesariamente en condiciones y concesiones de parte y parte, dado que el posible pacto ni puede, ni debe, significar la inmolación o anulación de alguna de las partes involucradas. Se trata de comunicación entre iguales. En líneas generales, se piensa que se trata esencialmente de algún acuerdo con relación a la orientación política, no politiquera, de Venezuela, por cuanto algunos concebimos a Venezuela de una manera, y otros la ven de otra forma. No es necesario demostrar la diferencia que existe. Se puede ver que hoy día no existe una condición que le exija a un venezolano que acepte una concepción de Venezuela diferente a la suya. Lo ideal es que el pueblo venezolano establezca, con su voto, la Venezuela que todos debemos aceptar y servir. Lo que se requiere es un acuerdo legítimo y respetado que, al mismo tiempo que posibilite tan pronto como sea posible recuperar la convivencia legítima y democrática entre todos nosotros los venezolanos, posibilite de inmediato la participación de todos en el combate contra la enfermedad

Por Douglas Játem Villa

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