El Clef ha dejado de ser la caja de resonancia de las necesidades del pueblo para convertirse en una caja hueca
Es lamentable ver cómo algunas instituciones públicas, que en otros tiempos eran consideradas como fundamentales para el desarrollo de los pueblos, han decaído estrepitosamente, respecto a las funciones que éstas deben cumplir; sobre todo, en lo atinente al estamento jurídico, que norma y regula el funcionamiento de las estructuras del Estado.
Ver, cómo los Consejos Legislativos de los Estados, han perdido esa majestad y relevancia, en aras de la regularización de las regiones y su funcionamiento, para convertirse en un ente burocrático, es lamentable.
Que, un lunes en la mañana, el Consejo Legislativo del estado, se encuentre desolado y totalmente paralizado, denota una franca decadencia, más allá de factores externos como la pandemia, que en nada, sería una excusa; sobre todo en un estado, que demanda el esfuerzo, conjunto de los entes públicos para superar las dificultades, por lo demás, oprobiosas y muy complejas.
Dónde están aquellos parlamentarios que en nombre de la revolución, y haciendo alarde de ribombantes discursos y rasgandose las vestiduras, e incluso, hasta en medio de sollozos, dicen trabajar por el pueblo y para el pueblo.
Algunos voceros, de esos curiosos e inquietos, que merodean las cercanías del palacio legislativo, dicen; que predomina una especie de silencio sepulcral, ha sustituido aquellos sonoros discursos, que en el nombre de la revolución bolivariana de Venezuela, se pronunciaban en el salón de sesiones del Clef.
Precisaron, los informantes, que el hemiciclo legislativo, se ha convertido en una caja hueca, donde dejaron de resonar los problemas más comunes de un pueblo que sufre y se debate, entre el estancamiento y la negación de un mejor futuro.
Luis Hidalgo, CNP : 13.501