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495 años de fundación | Maracaibo, el contraste entre una metrópolis y una ciudad olvidada

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A 495 años de fundación de la capital zuliana, expertos y marabinos concuerdan en que Maracaibo tiene espacios dignos de una ciudad capital, pero que también hay sectores que muestran a una provincia “marginada y sin un real”

Maracaibo, una ciudad con grandes riquezas. Sus calles albergan paisajes urbanos dignos de una metrópolis. Sin embargo, a sus 495 años de fundación, algunos de sus sectores muestran la realidad de una provincia olvidada, pero jamás por quienes la habitan. Una capital “marginada y sin un real”, como diría Ricardo Aguirre en aquella gaita.

Al transitar por ella, en cualquier rincón se escucha el particular dialecto del marabino, el voseo, y durante el día es probable oír a alguien decir “qué molleja de calor”. Al ir de paso por algunos lugares, se puede escuchar una música cuyo ritmo es característico con cuatro, furro y tambora, es la gaita.

Por un lado, algunas de sus carreteras se ven limpias y, cuando es de noche, iluminadas. Los vehículos transitan con normalidad y sin mucha preocupación por la vialidad, con semáforos que previenen posibles accidentes. Al mirar alrededor, la ciudad se adorna con grandes restaurantes y ambientes naturales.

Pero por el otro, está una Maracaibo diferente, aunque con las mismas costumbres y tradiciones. En esta parte de la ciudad, solo el brillo de su idiosincrasia les da luminosidad por las noches a los sectores, sus semáforos hace años no encienden sus luces, en sus calles se ve el desgaste del diario transitar de la gente, y en algunas ocasiones un agua con olor repugnante rompe su asfalto.

¿Qué sería de aquella ciudad de otrora? Con casas pintorescas y bien cuidada. Aquella que hasta el día de hoy mantiene su irreverencia ante algunos gobernantes “tiene el corazón roto”.

Ciudad-puerto

Marlene Nava, periodista y escritora apasionada por la historia de la Tierra del Sol Amada, explica que Maracaibo nació y funcionó gran parte de su vida como un puerto, pero con el paso del tiempo, eso que fue el corazón de la ciudad, se lo arrebataron.

La mujer de 79 años de edad y que reside en Santa Lucía, resaltó al Diario La Verdad que una de las maravillas de la capital zuliana es su capacidad de recibir anclaje de naves. Recordó que desde hace décadas, sus puertos están cerrados, o más bien “dormidos”, e indicó que desde que la sirena, que era el despertar de los marabinos, dejó de sonar, esa ciudad tradicional “está muerta”.

Nava señaló que lo que por mucho tiempo fue una fuente de ingresos para la región y el país, se convirtió en el tiradero de chatarra de empresas eléctricas y petroleras en disfunción.

“Ahora lo que hacen con ese puerto es sacar chatarra de las instalaciones eléctricas y petroleras que están inactivas. Todas las noches puedes venir y oyes la lluvia de metal que es lo que vacían los barcos que vienen. Aquí no sale ni entra más nada, las cajas que mandas de Estados Unidos para los familiares”, cuestionó.

Aquella metrópolis de otrora que por un tiempo fue refugio de otros gentilicios, culturas y que era una parada fija de visitas turísticas, a juicio de Nava, “ahora es de paso”.

“La gente que venía de Colombia pasaba por aquí y luego iba al resto del país. Aquí no hay turismo”.

Otro historiador, que prefirió no ser identificado por temor a represalias del Gobierno, puntualizó que en la ciudad de antaño había intereses creados para desarrollarla. Sin embargo, ahora “se crean capitales extranjeros que son de dominación” y se desconoce el paradero de los fondos.

“Están entrando capitales de árabes, de iraníes, de chinos, y nos están haciendo otra ciudad que es totalmente ajena a nosotros”, señaló.

Esa Maracaibo “olvidada”

José Gregorio Nava es un señor de la tercera edad que, al momento de ser entrevistado por el Diario La Verdad, transitaba por la calle 98 (Bolívar) en el Casco Central.

Con un poco de apuro, comentó haber nacido en esa ciudad “bella” de hace años atrás. “Yo nací y me crié aquí. Es perfecta”, expresó.

Pese a esto, está de acuerdo con que parte de la capital pareciera estar en el olvido. “Hay un 90 % que esto está muy mal en todos los aspectos, económico, carreteras malas, atracos, en fin. Mucha corrupción”.

Al ir de visita a la Basílica, es posible encontrarse en las afueras con Jovanni Sánchez, un vendedor de artesanías con la imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá.

Desde sus 15 años llegó al santuario mariano para trabajar de la fotografía. Sin embargo, con la llegada de la tecnología, comenzó a vender rosarios, pulseras y collares en el emblemático santuario mariano.

Al consultarle su punto de vista de la ciudad, afirmó que “es hermosa, a pesar del sol, es bien bonita”. Sin embargo, concuerda en que “sí está un poco olvidada”. “Ahora que está Manuel Rosales sí ha mejorado, pero un poco”, aclaró.

Contó que a menudo viaja a otros estados para vender artesanías marianas en las ferias, y afirmó que al ver ciudades como Barquisimeto y Caracas se queda “asombrado”.

“Y yo digo: ‘Maracaibo tanta plata que da, el petróleo, todo, ¿para que Maracaibo esté así?, Maracaibo era para que estuviera mejor que todas esas (ciudades)”, concluyó.

La Verdad, al seguir su recorrido, conversó con Génesis Arriaga, una joven veinteañera que vive en La Curva de Molina. A su criterio, Maracaibo tiene lugares hermosos, entre los que mencionó la Basílica y sus plazas.

Sin tener que preguntarle muy a fondo, aseguró que “hay una parte que está olvidada, como los callejones, eso está olvidado, todo feo”.