Pellejos, huesos y grasa animal alivian el hambre de personas en Tucacas
Unas 50 personas acuden a diario a la parte posterior de un frigorífico de Tucacas a donde los dueños les entregan por sacos restos de grasa animal, huesos y pellejos para que se alimenten.
La patética escena incluye en algunas ocasiones a niños y adolescentes que acompañan a sus mayores a retirar las piezas protéicas, muchas veces desde el suelo en la acera donde les colocan el saco.
Cada día los dueños del establecimiento ubicado en la avenida Libertador, colocan en la acera de la parte posterior del local comercial uno o dos sacos con los restos de las piezas de reses y cerdos.
De inmediato unas 50 personas se aglomeran y en el afán de tomar cada una su porción de huesos, grasa y pellejos, riegan por el suelo el contenido del saco.
«Nosotros no tenemos qué comer en la casa, al menos aquí podemos llevar un hueso para una sopa o freír los pellejos para comer con una arepa, si es con grasa, mejor», dijo una mujer de mediana edad que confesó acudir siempre que puede a buscar su porción de restos de presas animales.
Otro hombre de unos 40 años pero que aparenta 60, afirmó: «Esta situación es muy dura, tengo tres hijos que a veces me piden comida y no hay que darles, por eso prefiero venir aquí y regresar con algo a la casa».
«Hoy no hay casi nadie. Hay días que pasan de 50 las personas que vienen a recoger los restos del «salao» y hacen cola y todo», informó un vecino de la zona.
Francisco Chirinos CNP 9966