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Estados Unidos: Policías acusados de violencia brutal arrastran un largo historial de impunidad

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Mientras las protestas contra la violencia y el racismo de la policía continúan a lo largo de Estados Unidos, el público empieza a saber que varios de los oficiales que estuvieron involucrados en el asesinato de George Floyd en Minneapolis y de Breonna Taylor en Louisville comparten un historial de quejas presentadas por ciudadanos respecto a su brutalidad y mala conducta.

Décadas de investigación sobre los tiroteos con resultado de muerte y brutalidad policial revelan que quienes han disparado contra civiles tienen más probabilidad de repetirlo en el futuro que otros agentes.

Un patrón similar ocurre con respecto a las quejas de mala conducta. Policías contra los que se han presentado denuncias por parte de civiles –ya sea por uso de fuerza excesiva, abuso verbal o allanamientos injustificados– tienen mayor posibilidad de involucrarse en faltas graves a la conducta en el futuro.

Un estudio publicado en American Economic Journal investigó 50 000 quejas de mal comportamiento policial en Chicago y descubrió que los oficiales con un extenso historial de quejas eran desproporcionadamente más propensos a ser objeto de demandas por violar los derechos civiles y a generar grandes pagos por acuerdos en demandas.

A pesar de esta evidencia, muchas agencias no solo no investigan adecuadamente las acusaciones de mala conducta, sino que rara vez acogen las quejas de los ciudadanos. Las sanciones disciplinarias son pocas y están reservadas para los casos más terribles.

Quejas, sí, pero con pocos efectos penales

Derek Chauvin, el ex-oficial que está acusado de asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado por la muerte de Floyd, no es ajeno a situaciones en las que se ha usado fuerza letal por parte de los policías.

En 2006, Chauvin estuvo entre los oficiales que, en solo cuatro segundos, dispararon 43 veces a un camión conducido por un hombre buscado en una investigación sobre violencia doméstica. Según los policías, el hombre, Wayne Reyes, los apuntó con una escopeta recortada. El departamento policial nunca reconoció cuáles eran los oficiales que habían disparado y un gran jurado convocado por fiscales no encontró culpables a ninguno de ellos de la muerte de Reyes.

Chauvin fue objeto de por lo menos 18 quejas de mala conducta y estuvo involucrado en otros dos incidentes de tiroteo. Según Associated Press, 16 de las quejas fueron “cerradas sin castigo” y sólo se emitieron dos cartas de reprimenda para Chauvin en los otros dos casos.

Tou Thao, uno de los tres oficiales de Minneapolis presentes en la escena cuando Floyd suplicaba por su vida, es mencionado en una demanda de derechos civiles en 2017.

Con información de El Nacional

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